También porque hacía menos de una semana Uruguay había despedido al futbolista Juan Izquierdo, fallecido tras un ataque cardíaco padecido durante un encuentro por Copa Libertadores en Sao Paulo. Incertidumbre: por las cuantiosas bajas con que se presentaban los locales, incluidas varias de sus estrellas, por suspensión o por lesión. E incluso por si en su partido de despedida -su «última función», su «última gala», su «último acto», habían alternado los comentaristas deportivos- Suárez podría marcar un nuevo gol en su partido 143 con la camiseta celeste. No pudo ser y se quedó en 69 goles. Aunque a punto estuvo de aumentar su cuenta histórica a los 18 minutos cuando una pelota le quedó a pedir de boca y su disparo da en un palo. Poco antes había sido el juvenil paraguayo Julio Enciso quien había estrellado un remate en un poste. El primer tiempo se desarrolló con Uruguay volcado al ataque pero muy bien contenido por la visita, que proponía el partido en mitad de cancha y cortaba el juego cuando podía. A los 31, en un contraataque rápido, Paraguay pudo dar la sorpresa: Miguel Almirón recibe un muy buen pase del Enciso, escapa a Nahitan Nández y el arquero celeste Sergio Rochet salva a su equipo tapando el tiro del atacante. Con una defensa y un mediocampo sólidos -con Andrés Cubas como estandarte- y un Enciso muy móvil en ataque, los guaraníes hacían negocio. A Uruguay le faltaba fútbol y dinámica, los ingredientes que había mostrado en las fechas anteriores. Las ausencias se notaban. También el escaso ensamblaje entre sus reemplazantes. Suárez luchaba, pero la pelota le llegaba a cuentagotas. Federico Valverde no pesaba. Una despedida agridulce para Luis Suárez La primera jugada de peligro del segundo tiempo fue nuevamente de la albirroja: a los 52 Sebastián Cáceres juega mal el balón hacia atrás de cabeza y aparece otra vez Rochet para evitar el gol. Siete minutos después el palo vuelve a salvar a Uruguay tras disparo de Diego Gómez desde fuera del área. Pasados los 70, Braian Rodríguez animó la reacción local pisando en gran forma la pelota para escapar a un rival y esta vez fue el arquero paraguayo Roberto Fernández quien ahogó el grito de gol en el repleto Estadio Centenario. Suárez quería pero no podía. Luchaba, se movía como gato entre la leña, como siempre lo había hecho. Y como siempre se malhumoraba y protestaba: un encontronazo con un rival le valió una amarilla. Su marca con la celeste permanecerá en los 69 goles con que llegó a este encuentro. Una mera anécdota para un jugador que ya es una leyenda de la celeste. El martes próximo Uruguay enfrentará su octavo partido de clasificatorias, en su visita a Venezuela, ya sin la expectativa de saber si «el Loco» Marcelo Bielsa convocará o no al famoso 9. Y con dos nuevas bajas, las de Nández y Valverde, amonestados este viernes.